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Coincidencias De Vestidor
Aurelia Hilton
Coincidencias de Vestidor
Una caliente y tГіrrida novela corta de Aurelia Hilton
Por Aurelia Hilton
Traducido por Roberto Rojas
Publicado por Tektime
В© 2019 Aurelia Hilton
Esta es una obra de ficciГіn. Los nombres, personajes, lugares e incidentes son producto de la imaginaciГіn de la autora o se usan de manera ficticia. Cualquier parecido con personas reales, vivas o muertas, empresas, compaГ±Гas, eventos o locales es pura coincidencia.
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CapГtulo 1 – Lucy
Parece que he pasado la mitad de mi vida en un vestidor, o al menos en un edificio deportivo. Sin embargo, el olor a cloro nunca pasa de moda. Tan pronto como me pincha las fosas nasales, me siento electrificada. Cuando tuve que ir a fisioterapia el aГ±o pasado por mi hombro, elegГ especГficamente la oficina que estaba dentro del recinto de la piscina. Bueno, y tambiГ©n porque ese fisioterapeuta era muy ardiente, pero no se lo digan a mi compaГ±Гa de seguros.
Camino por el extraГ±o pasillo naranja con mi bolso de nadadora colgado sobre mi hombro. No es completamente desconocido, supongo. El domingo pasado fue mi primera prГЎctica en esta piscina. En esta ciudad, en realidad. Es difГcil acostumbrarse a una nueva instalaciГіn: sus sonidos, temperatura de las duchas y lugares secretos.
“Eh, disculpe ¿Señorita?”
Oigo una voz masculina profunda detrГЎs de mГ, y rГЎpidamente exploro el ГЎrea a mi alrededor. Nadie mГЎs estГЎ en el vestГbulo. Entonces Г©l debe referirse a mГ. Me doy la vuelta y miro a un hombre increГblemente apuesto con uniforme. EstГЎ de pie detrГЎs de la recepciГіn, pero debe haberse levantado porque sus rizos marrones se balancean de un lado a otro a lo largo de su mandГbula sin afeitar. Lleva una camiseta ajustada, en el mismo horrible tono naranja que cubre todas las paredes de Г©ste edificio. Pero en Г©l, entiendo por quГ© lo eligieron. El colorante de albaricoque quemado atrae perfectamente la atenciГіn hacia la cortina de pestaГ±as oscuras que me parpadean muy dulcemente.
“¿CГіmo se me pasГі esta hermosГsima vista al entrar?”.
“¿Yo?” Le pregunto, nerviosa, y honestamente todavГa confundida si Г©l me estГЎ hablando a mГ.
“SГ”, dice, y apoya un codo encima del mostrador. Tengo una vista completa de sus gruesos antebrazos, con una vena acentuada cerca de su muГ±eca. He visto a muchos hombres en Speedos durante mi carrera de nataciГіn, pero tal vez por primera vez en mi vida, realmente desearГa que Г©ste tipo tuviera menos ropa encima. “¿Esta es su primera vez aquГ?”
Estoy impactada. Los chicos en mi tierra no saben coquetear asГ. Le doy mi mejor media sonrisa y le digo: “¿Me preguntas si vengo aquГ a menudo? Esa es una especie de frase vieja”.
Quita su codo del mostrador y sus ojos oscuros dejan de parpadear. “¿Qué?” Sus cejas se arrugan un poco y sé que he cometido un error. “No, quiero decir, ¿Es tu primera vez nadando aqu� Porque te diriges hacia el vestidor de hombres”.
Suspiro. Y siento que me estoy poniendo roja. “Oh, Dios mГo, no. Quiero decir: sГ. Quiero decir que estuve aquГ para mi primera prГЎctica la semana pasada, pero supongo que olvidГ©...”. Eso fue muy estГєpido. ВїPor quГ© asumirГa que estaba coqueteando conmigo? Por supuesto que Г©l no lo estaba haciendo, un total desconocido, mientras estaba en el trabajo. Tengo que pasar por delante del escritorio para llegar al vestidor de mujeres, que estГЎ en la direcciГіn completamente opuesta. La direcciГіn en la que Г©l estГЎ apuntando ahora. Y sonriendo. “Lo siento mucho, yo, eh... sГ”, tartamudeo, y me doy la vuelta, con mi cabeza inclinada.
Doy vuelta a la esquina y respiro profundamente, tratando de hacer que mi cara esté menos caliente. Tal vez llegué a esta cosa de “Nueva ciudad, nueva yo” de una manera demasiado agresiva. Pero eso está bien. Inhalo profundamente, exhalo profundamente. Olvidemos el pasado y pensemos en lo que viene.
Voy a caminar por esta puerta de color naranja pГЎlido hacia el vestidor femenino y todo va a estar bien.
Las chicas de Г©ste equipo de nado sincronizado son sГєper agradables. Bueno, lo suficientemente amables. TodavГa es extraГ±o para mГ estar en un equipo. Estoy acostumbrada a la competencia y al manejo que nos pone a todos en desacuerdo. Es emocionante saber que una de nosotras ganarГЎ y otra perderГЎ. Lo extraГ±o un poco. TambiГ©n extraГ±o a mis chicas, pero trato de poner eso en el fondo de mi mente. ВЎEsta es una nueva ciudad y una nueva oportunidad! ВЎPuedo hacer esto! ВЎSin avergonzarme mГЎs! Puse una gran sonrisa en mi rostro y abrГ la puerta.
“¡Hola Lucy! ¡Bienvenida de nuevo! No estábamos totalmente seguras de que ibas a estar aquà esta noche” dice la excesivamente alegre capitana del equipo, Lindsay. Su voz hace eco en la enorme sala embaldosada.
“¡Por supuesto que he vuelto! La pasé muy bien”. Digo, dejando caer mi bolso en el banco entre Lindsay y Beth. “Incluso compré un tapón nasal esta semana”.
“¡Oh, Dios mГo, ella es lo mГЎximo!” grita Beth con su voz chillona. Ella suena y se ve como tantas chicas con las que he nadado a lo largo de los aГ±os. Cuando llega a chocar los cinco con otra chica de nuestro equipo, balancea su larga y rubia cola de caballo sobre su otro hombro, de manera totalmente innecesaria. “¡Dame esos cinco, Emily!” Excepto que Emily estГЎ cambiГЎndose su traje de baГ±o, y cuando levanta su brazo derecho, la correa se resbala y expone todo su pecho. ВЎVaya! Su pezГіn marrГіn estГЎ perforado con un adorable anillo en forma de corazГіn, y todo se mueve cuando su mano hace contacto con la de Beth.
“¡Ay!” grita Emily, halando el tirante posterior y ajustándolo contra su hombro para cerciorarse de que esté seguro. “¿Hiciste eso a propósito, Beth?”
“¡No! ¿Verdad? Muéstraselo a tus chicas en cada oportunidad que puedas, vamos”. Beth se voltea hacia mà y pone los ojos en blanco con una pequeña sonrisa.
Empiezo a arrancar mis capas y a meterlas en el casillero junto al de Emily. No quiero volver a avergonzarme, pero sé que no puedes hacer amigos si te quedas en silencio. Me doy cuenta de que tenemos el mismo par de zapatillas blancas y negras, y de alguna manera eso me da la confianza para dirigirme a ella y decirle en voz baja: “Me gusta mucho tu perforación en el pezón”.
“¡Oh gracias!” me sonrГe con su boca amplia y sus labios pintados de pГєrpura oscuro. “Honestamente, ni siquiera doliГі tanto como todos me advirtieron que lo harГa. Fue sГіlo un pequeГ±o pellizco. Algo asГ”, y apretГі una pequeГ±a parte de piel en mi bГceps entre sus dos uГ±as.
“¡Ay!” Lloro, totalmente sorprendida por el dolor agudo.
“Pero ya se está desvaneciendo, ¿Cierto?”.
Me froto el brazo. Emily tenГa razГіn, el dolor se desvanece rГЎpidamente. Miro el lugar y ni siquiera puedo ver una marca.
“Siempre he pensado en perforarme los pezones, pero supongo que no sГ© si me quedarГa bien o no”, le digo. Por un segundo, casi considero bajarme el traje de baГ±o y preguntarle quГ© piensa ella, pero de repente vuelvo a la realidad del vestidor. Beth y Lindsay estГЎn allГ, y puedo escuchar a mГЎs chicas entrando al vestidor. OlvГdate de las viejas limpiando la piscina al final del nado libre. Miro los ojos oscuros de Emily, que parecen estar pensando lo mismo.
“Estoy segura de que te quedarГa sГєper lindos. Como siempre digo, ВЎTodos los pechos son buenos!”
Eso capta la atenciГіn de Lindsay y Beth y se rГen conmigo. “¿Listas para ir a las duchas, chicas?” pregunta Lindsay.
“¡Claro que sГ, entrenadora!” Digo y cierro la puerta de mi casillero detrГЎs de mГ.
El agua caliente se siente increГblemente bien en mi piel. Me quedo en la ducha mГЎs tiempo que el resto del equipo, calentГЎndome, aunque sГ© que esto harГЎ que la primera inmersiГіn se sienta aГєn mГЎs frГa. Saco mi largo cabello de su cola de caballo y me paso los dedos por el cuero cabelludo. Esto me hace sentir un hormigueo en las plantas de los pies, justo como me gusta. Inhalo y exhalo todo el estrГ©s que me ha empantanado la semana pasada. La mudanza. La nueva compaГ±era de cuarto, que toca mala mГєsica todo el dГa, sin parar. La lluvia constante.
Aparte de eso, esta nueva ciudad es mГЎgica. Bueno, quiГ©n sabe, tal vez cualquier ciudad se sentirГa increГble despuГ©s de estar atrapada en el mismo pequeГ±o pueblo durante 20 aГ±os. Cada vez que mi equipo de nataciГіn viajaba a las grandes ciudades para competir, sentГa algo ardiendo dentro de mГ. Nunca pasamos mucho tiempo fuera de los espacios deportivos, pero aun asГ, estaba rodeada de cientos de caras que nunca habГa visto antes. De vuelta a casa, sabГa exactamente quiГ©n estarГa trabajando en la tienda de abarrotes a cada hora de cada dГa de la semana. Eso hace sonar que serГa fГЎcil saber cГіmo evitar a las personas que no querГa ver, pero ese nunca pareciГі ser el caso. Siempre fueron los chicos que menos querГa ver los que aparecГan dondequiera que iba. ВїPor quГ© las cosas no podrГan ser divertidas, extraГ±as y terminar de una vez? ВїPor quГ© estos chicos siempre pensaron que esto iba a “ir a algГєn lado”? Dios mГo, y despuГ©s dicen que las chicas son las empalagosas.
Salgo del chorro del agua y cierro la llave. Inhalo y exhalo el pensamiento de todos esos hombres tontos. Г‰ste es un nuevo comienzo y un nuevo deporte. Hora de prestar atenciГіn.
CapГtulo 2 – Nate
“Sólo asegúrate de devolverlo antes de las 9 p.m. que es cuando cerramos esta noche”, le digo, entregando un balón de baloncesto en el mostrador a un niño de trece años.
Miro el reloj. Mi turno de salvavidas comienza pronto, gracias a Dios. Odio estar en el mostrador por mucho tiempo. Es un asco, decirles a los niГ±os y a las personas mayores una y otra vez a quГ© hora comienza la nataciГіn gratuita, cuГЎnto cuesta un pase de un dГa, no usen calzado de exterior en las canchas, por favor. De vez en cuando, alguien viene a romper la monotonГa, como esa chica hace un rato. SonrГo, recordando lo roja que se puso su cara. Fue muy lindo que ella pensara que estaba coqueteando con ella. En realidad, hacГa muchГsimo calor. Me di cuenta de lo avergonzada que se sentГa, pero fui yo quien se quedГі sintiГ©ndose mal. ВїPor quГ© no juguГ© junto con su pequeГ±a frase? Supongo que me tomГі demasiado desprevenido.
Pongo el letrero de “Vuelvo en 5 minutos” en el mostrador y me dirijo a la oficina de salvavidas. Tommy estГЎ sentado en la pequeГ±a cama de la enfermerГa, cambiando sus sandalias por zapatillas.
Me apoyo en el escritorio repleto de varios manuales, una caja de lentes perdidos y tablas flotantes rotas. “¿Turno seguro?” Le pregunto. Bromas de salvavidas.
“Aburrido como siempre”, me responde.
“El aburrimiento es seguridad”, decimos al unГsono. Eso fue algo que Tommy y yo inventamos en el entrenamiento de salvavidas hace aГ±os. SegГєn la AsociaciГіn de Salvavidas, eso no es exactamente cierto. Si un socorrista estГЎ realmente aburrido, su estado de alerta se ve comprometido. Tienes que jugar contigo mismo para mantenerte alerta. Cuente cuГЎntas respiraciones toma el hombre gordo en promedio para nadar de un lado de la piscina al otro. Mantenga un recuento de cuГЎntos juguetes hay en la piscina de olas. Imagine la diversiГіn que podrГa tener la pareja en la baГ±era de hidromasajes con los chorros y la espuma en la parte superior, cubriendo toda evidencia de lo que estГЎ sucediendo justo debajo de la superficie. CГіmo nadie serГa capaz de saber si la parte inferior de su bikini cayГі alrededor de sus tobillos durante unos minutos...
Pero tienes que imaginarte todo eso mientras caminas de un lado a otro frente a la baГ±era de hidromasaje para disuadirlos de realmente hacer algГєn movimiento. Es aburrido, pero es el trabajo.
“Le echare un ojo al escritorio por ahora”, me dice Tommy, "pero va a estar muy tranquilo, tan tarde, un domingo, bajo la lluvia.
Estrecho mis ojos. “¿Estás tratando de salir temprano o algo as�”.
“Bueno”, dice, tГmidamente mirando hacia los cordones de los zapatos que estГЎ atando, “¿Conoces a la mujer que enseГ±a yoga los jueves por la noche?”.
“¿Joanne? ¡De ninguna manera!”.
“SГ”, dice, pasando la lengua por sus labios superiores, obviamente orgulloso de sГ mismo. “Ella me dijo que me darГa una clase privada esta noche”.
Le doy una palmada en el hombro. Estoy orgulloso de Tommy. Pero, maldiciГіn, pensaba que era yo el que estaba coqueteando con Joanne.
Cada jueves durante semanas, hago parte de mis deberes caminar por la sala de yoga varias veces durante la clase que imparte. Si tengo suerte, está en medio de demostrar mi posición favorita, una que ella llama “postura del cachorro en la silla”. Es como un perro hacia abajo para principiantes. En lugar de estirar las manos hasta el suelo, buscas una silla frente a ti. Siempre me imagino deslizando una mano desde el tobillo de sus mallas verde oscuro, hasta la parte posterior de su rodilla, sobre la ligera curva de sus caderas, y sobre ese saludable y redondo trasero.
Tengo otra fantasГa en la que, en lugar de estar detrГЎs de ella, estoy sentado en la silla que estГЎ buscando. Una de sus manos sostiene la silla para mantener el equilibrio, y la otra me acaricia de arriba abajo lentamente. Muy despacio.
Mis pensamientos son interrumpidos por Tommy balanceando su bolso de marinero sobre su hombro.
“EstГЎ bien, estГЎ bien, sal de aquГ, entonces, perro sucio. Te llamarГ© si algo sale mal”.
“Puedes llamarme, pero es posible que no tenga mi teléfono conmigo, si sabes a lo que me refiero”, y me da un gran y gramático guiño.
“Bien”, le digo en broma, “Si algo sale mal, entonces llamaré al jefe. A decirle que mi mano derecha tiene su mano derecha ocupada esta noche”.
“¡Arre!” grita Tommy y golpea su pecho dos veces con las palmas abiertas. Yo sé lo que eso significa. Juntos, saltamos y chocamos de pecho.
“Será mejor que me traigas de vuelta para esto, hombre”, le digo mientras Tommy sale de la oficina de salvavidas.
Voltea hacia mГ y sonrГe burlonamente. “No te preocupes, te tendrГ© todos los detalles sucios la prГіxima semana”. Golpea el marco de la puerta, y luego desaparece de la vista.
Me siento en la cama de la enfermerГa y saco mis sandalias de abajo. Mientras me desato los zapatos, trato de sacar de mi mente el trasero de Joanne, pero tengo problemas. La estoy imaginando con la camiseta negra de corte bajo que usa a veces. Me encantarГa verla alcanzarme mientras usa eso. O totalmente sin camisa.
Me levanto y sacudo los brazos. Si sigo pensando en ella, no podrГ© salir al ГЎrea de la piscina sin avergonzarme.
Estiro mis brazos por encima de mi cabeza. Pongo mi cabello en una cola de caballo. No estГЎ funcionando.
Es hora de sacar mi viejo truco. Oveja, vacas, pollos, cerdos, toros. Listar animales de granja siempre ayuda cuando estoy en apuros. De acuerdo, lo tengo bajo control. Calmado, fresco y recogido.
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